Número 52, febrero 2014

Cuando la música era en blanco y negro

Pedro Villa

 
Comenzaba la década del sesenta y la mayoría de los músicos negros no podían acceder a los canales de distribución en Estados Unidos. Vale recordar que en esa época lo que importaba era la canción, no tanto quién la interpretaba. Era común que un artista blanco se apropiara de un tema que venía de las listas del rhythm and blues negro, realizara una pequeña adaptación, algunas veces ligeros cambios en la letra, y luego lo lanzara con éxito en las listas de pop blanco donde el dinero fluía. Sobra decir que el artista negro que lo había escrito no recibía un centavo. Fue Chuck Berry el primero en hacer arreglos propios para acercar su música a los gustos de la audiencia blanca y así cobrar lo que antes caía en otras manos.

Entre 1964 y 1970 jóvenes artistas negros provenientes de ciudades como Detroit, Memphis y Atlanta se hicieron sentir en las listas de pop norteamericano; tal vez fuera una respuesta a la invasión británica que comenzó hace exactamente cincuenta años, cuando Los Beatles aterrizaron en Nueva York. Los artistas más relevantes surgieron de dos disqueras con diferente aproximación al asunto: Motown Records, disquera creada por Berry Gordy en Detroit, conocida como Hitsville USA; y Stax Records, llamada Soulsville USA, fundada por Jim Stewart y su hermana Estelle en Memphis, Tennessee.

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En 1959 Berry Gordy Jr., ex boxeador profesional que había trabajado en las líneas de ensamblaje de autos, fundó Motown Records, disquera independiente que llegó a ser el negocio más grande de Estados Unidos con propietario afroamericano. Luego de quebrar con un almacén de discos dedicado al jazz, aprendió rápidamente cuál era el enfoque que debía dar a su nueva aventura musical y decidió llevar todo ese talento negro a las audiencias blancas donde estaban los dólares. Reprodujo el modelo de las líneas de ensamblaje de autos. Todo comenzaba con un equipo de compositores y productores musicales, quienes entregaban su labor a un equipo de músicos de estudio que luego se acoplaba con el artista que mejor se acomodara al trabajo. Gordy se reunía con los implicados en comités semanales donde incluía o eliminaba personas como elementos de una máquina, creando así un ambiente extremadamente competitivo.

En Motown se hablaba de etiqueta y coreografía. Gordy contrató a Maxime Powell para que "educara" a todos esos músicos de origen humilde, y empleó a Cholly Atkins, conocido bailarín de Broadway, como profesor de coreografía; hablamos de quien enseñó a vestir y a bailar, entre otros, a Diana Ross y Las Supremes, Smokey Robinson, Los Temptations, Marvin Gaye, Stevie Wonder, Michael Jackson y sus hermanos.

En su afán por conquistar el mercado del pop blanco, Gordy generó constantes críticas. Se le acusó de sacrificar su identidad y la de su gente, aunque la verdad es que Motown y sus artistas fueron pieza fundamental en la construcción de la identidad de la cultura negra en Estados Unidos.

Paradójicamente, fue un hombre blanco quien fundó en 1960 Stax Records, disquera que se dio a conocer por promover hasta las últimas consecuencias y sin concesión alguna la identidad de la cultura afroamericana.

En muchos sentidos, los métodos fueron similares en Motown y en Stax, y ambas dependieron de un grupo de músicos de estudio: los Funk Brothers en Motown, y Booker T y los MG´s en Stax. A diferencia de Motown, donde los roles de compositor y productor siempre fueron ajenos a los músicos, en Stax ellos recibían créditos y regalías por hacer parte de estos procesos.

Cosa muy diferente vivieron los Funk Brothers, a quienes después de una vida de invaluable trabajo ni siquiera se les notificó que Motown emigraba a Los Ángeles sin ellos. El southern soul de Stax incorporaba entusiastas expresiones emocionales, muchas veces asociadas con la música góspel, influencia que se percibía como algo más cercano a las verdaderas raíces religiosas, sociales y culturales de la población negra. Su audiencia buscaba una música que expresara esa creciente conciencia de identidad racial, todo en el contexto del movimiento de los derechos civiles que cada día se hacía más fuerte en el país. La audiencia blanca estaba fascinada con la "verdadera" cultura negra y su inalterado sonido del sur, que Stax prensó en los discos de Otis Redding, Wilson Pickett, Isaac Hayes y Aretha Franklin.

La razón de ser de una disquera es vender discos, y tanto Motown como Stax lo hicieron a su manera, cada una en áreas diferentes del mercado. Ambas fueron abrumadoramente exitosas, y lo que generó dichos logros no fue el enfoque racial sino el enorme talento de sus artistas y la maravillosa música que produjeron, música que blancos y negros escucharemos por siempre. UC

 

Imagen: Chuck Berry


 
 
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