IMPRESOS LOCALES

5 cuentos inocentes
 
Elkin Restrepo
 
 
 
5 cuentos inocentes

Hilo de plata editores

 

Breve reseña

Armado con sus recuerdos de infancia en la Medellín de mediados del siglo xx, Elkin Restrepo combina pasiones (el cine), misterios (las mujeres), temores (la muerte) y nos conduce, a través de los ojos desprevenidos de un grupo de niños, por los cinco cuentos que componen este volumen, en donde lo extraordinario choca de continuo con lo cotidiano y se dan cita los grandes descubrimientos de la primera juventud y las inevitables decepciones que vienen con algunos de ellos. Con un lenguaje fresco, renovado, 5 cuentos inocentes nos devuelve el gozo de la vida sin prejuicios.


 

 
Fragmento del cuento “La enseñanza”

Hablaba de todo y de nada. Realmente se notaba que hacía tiempo no conversaba con nadie y, para retenerme, inventaba historias sin pies ni cabeza. Sin embargo, en algún momento, dijo que quería tener conmigo una verdadera conversación de compañeros, y recalcó la palabra compañeros.

Parecía que, al fin, diría algo serio, y me apresté a escucharlo. Entonces, inclinándose, en plan confidente, me preguntó si tenía novia. El asunto me tomó de sorpresa y no supe qué responderle. ¿Novia? Sí, claro... por supuesto... Viendo mis dificultades, fingió ocuparse de su traje sucio y maltrecho.

Al final, le respondí que sí, que tenía una desde hacía algún tiempo. Pero al averiguar por su nombre, no supe decirle ninguno. Me sonrojé de vergüenza y, contra mi voluntad, un par de lágrimas empezaron a correr por mis mejillas. Mentiras decía a menudo, pero no entendía por qué ésta me delataba de esa manera.

Cuando esperaba un reproche, vi que de nuevo fingía ocuparse del estado de su traje. Que en su ánimo no estuviera censurarme, me dio un gran descanso. Separó con parsimonia una hebra de la manga del saco y, con gesto escrupuloso, la tiró al aire. De nuevo se recostó en la casa y, mientras se hurgaba una oreja, con aire sibilino, dijo que yo ya estaba en edad de saber unas cuantas cosas acerca de las mujeres. Aunque el tono me pareció presuntuoso, por primera vez lo escuché con verdadera atención.