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Número 24 - Junio de 2011   

Editorial
¿Se va La Niña?
Andrés Ochoa
 
 ¿Se va la niña?
 

Según el reporte de la Administración Nacional del Océano y la Atmósfera de Estados Unidos (NOAA, por su sigla en inglés) va terminando el fenómeno de La Niña. Después de diez meses de precipitaciones, Colombia queda llena de estragos, con montañas erosionadas, carreteras bloqueadas por deslizamientos de tierra, cultivos arrasados por las aguas o enfermos por la humedad excesiva, poblaciones incomunicadas y algunas borradas del mapa. Quedan muchas preguntas: ¿qué tan “normales” o “anormales” han sido todas estas lluvias?, ¿es el cambio climático?, ¿es La Niña?, ¿son ambos?, ¿es el hombre?, ¿es la mujer?, ¿somos nosotros como habitantes de este territorio?, etc., etc. Darle respuesta a estas preguntas no es nada fácil. Para empezar hay que ubicarse en el contexto climático histórico, para lo cual se requieren datos del pasado, con la mayor extensión y la mejor calidad que sea posible. Eso en Colombia es mucho pedir, pero algunos datos sí hay. Los registros más extensos de lluvias que conozco son los del Observatorio Meteorológico Nacional en Bogotá y los de la estación Miguel de Aguinaga en Medellín, que rondan los cien años de registros mensuales.

En la zona andina colombiana hay dos temporadas de lluvias al año, una alrededor de abril y mayo y otra entre septiembre y octubre. En Medellín, por ejemplo, con base en los registros de la estación Miguel de Aguinaga durante el período 1908-2007, se puede decir que los picos de lluvias normalmente ocurren en mayo y en octubre, meses en los que caen 180 mm de lluvia en promedio.

La estación de la Facultad de Minas registró las siguientes cantidades de lluvia en los últimos meses: 221.2 mm en noviembre y 117.1 mm en diciembre de 2010, 98.8 mm en enero, 185.4 mm en febrero, 183.1 mm en marzo, 379.0 mm en abril y 136.7 mm en mayo de 2011. Esto es aproximadamente el doble de la cantidad de agua que llueve en tiempos normales, es decir sin Niña, con meses tan extremos como febrero y abril, en los que llovió casi 3 veces lo habitual. El total de lluvia de estos siete meses es de más de 1300 mm. Para hacerse una idea de lo que esto significa, considere que durante todo un año en Medellín suelen caer un poco más de 1400 mm.

¿Se va la niña?Ha habido Niñas mas largas e intensas por el calentamiento del Pacífico, como la de abril de 1954 a enero de 1957, de casi 3 años, o la de mayo de 1973 a mayo de 1976, de 3 años, o la más reciente de 1998 al 2000. No todas han traído tantas lluvias a Colombia, no todas las Niñas son iguales, ni necesariamente hay una relación proporcional entre su intensidad en el Océano Pacífico y sus consecuencias sobre Colombia. El año más lluvioso en Medellín según los registros de la estación Miguel de Aguinaga ha sido 1924, en el cual cayeron 2177 mm, justamente al año siguiente del más seco de todo el período de registros, con 754 mm, la mitad de lo que llueve en un año normal. Durante 1923 hubo Niño, y durante 1924 hubo Niña. Han sido particularmente húmedos en Medellín los años de 1909 (2038 mm), 1910 (1953 mm), 1916 (2063 mm), 1927 (1966 mm), 1950 (1817 mm), 1988 (1870 mm) y 1999 (1929 mm); en todos ellos bajo los efectos de La Niña, excepto en 1927.

Dicen que el Niño más fuerte del siglo XX fue el de 1957-1958; en estos dos años en Medellín la lluvia rondó los 1000 mm. En la ciudad ha habido lluvias considerablemente escasas también en 1914 (865 mm), 1923 (754 mm), 1961 (1002 mm), 1976 (1056 mm), 1992 (1048 mm), 1997 (961 mm); bajo condiciones de El Niño, excepto en 1961. El Niño de 1992 tuvo como consecuencia la famosa crisis energética que llevó al racionamiento de energía y a la hora Gaviria.

Se va pues La Niña, pero volverá; quién sabe cuándo, quién sabe cómo, pero volverá. Igual que volverá también El Niño. Le queda la tarea a Colombia de que la próxima vez la cojan mejor preparada.  UC

 

¿Se va la niña?

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