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     Número 42 - Febrero de 2013


ARTÍCULOS
Nómade apátrida, de Roberto Mascaró
John Galán Casanova

Conocí a Roberto Mascaró en Medellín, durante el Festival de Poesía de 2002, cuando vino a recibir el Premio Internacional Ciudad de Medellín otorgado a su libro Campo de fuego. Aún conservo, doblada entre las páginas de Un río de pájaros, otro de sus libros, una hoja con un "Tango de Medellín" que el poeta escribió aquella vez en el lapso de un par de noches y un desayuno: "[…] Pero no hay un Medallo, sino varios. / Están los que vacilan, y los otros. / Los que estiran el brazo de humillado. / Los que no tienen voz ni territorio. / Los que piden la cena de los hijos. / O piden la cabeza de sus padres. / Y el egoísta sobre sus lingotes. / Y de pronto un silencio adolorido".

Hincha furibundo del Peñarol, el equipo del barrio de Montevideo donde nació en 1948, Mascaró reside en Suecia desde 1978. Allá fue a dar exiliado por la dictadura militar uruguaya (1973-1984). Desde entonces empezó a verter al español poetas suecos, entre ellos al Premio Nobel Tomas Tranströmer, de quien ha traducido toda la obra. En septiembre del año pasado Mascaró estuvo en Bogotá dictando un taller de traducción en el Gimnasio Moderno. Durante su corta estadía aceptó la propuesta del editor Édgar Melo de sacar una sencilla y pulcra edición exprés –sin ISBN ni código de barras– del libro Nómade apátrida, donde el ácido e insobornable poeta da cuenta de recientes correrías por el mundo. Los interesados pueden escribir al correo algarrada 600@hotmail.com. Por lo pronto, va esta muestra como primicia para los lectores de Universo Centro.UC
 

Nicolás Celaya / ladiaria.com.uyNicolás Celaya / ladiaria.com.uy

 

Cartagena de Indias, 2008

La casaca de fútbol del Real Cartagena
(verde y amarilla),
hasta ayer flameante
fetiche,
blasón, trofeo, símbolo: su color inequívoco,
esa de las victorias memorables,
relumbrando de noche en la cancha alumbrada;

después de la derrota, secándose en la cuerda
en el traspatio, pálida y arrugada: vergüenza,
vil bochorno,
a olvido relegada.

Tensta blues

Al Pastor se le vencen los tirantes.

Dios está en Algún Sitio
(Just don't worry!)

El pianista del coro
es un rubio feliz del Barrio Alto.

Y todo lo Arreglamos con Mayúsculas.

Dios Está con Nosotros,
(Please don't worry!)

Y al Pastor se le vencen los Tirantes.
Él es sólo un Servidor que conecta
con el Disco Duro Central:
Dios…

Cual Cantinflas,
Exposée le Pastor
con su Corbata
su Armani
y su Rolex
y sus pantalones caídos.

¡Pensad en las Mayúsculas!
¡Ellas Salvarán al Mundo!

¿Una cuestión de Estilo
o de Liturgia?

Al Pastor se le vencen los tirantes.

 

Reivindicación de la chancleta

Los jóvenes las llaman jauaianas
(cholas en el Caribe)
se acomodan al pie por el dedo gordo
(otra vez el pulgar da patente de humano).

Correr con ellas puestas parece
una proeza.
Chinelas traicioneras.
Chilenas deliciosas.
Cholas taimadas.

Mas también es posible
calzado de ellas hacer un gol olímpico.

Herederas ilustres
de aquellas mal miradas
chancletas de la infancia,
son invento que roza
la perfección ergonómica
aunque vivir con ellas en los pies
no sea vivir en un lecho hecho de rosas.

Memento

La ensordecedora
sordera
de quien grita
en un estadio lleno.

Grosería

París: tus recolectores de basura
son todos africanos
o hijos de africanos.
Y todos los obreros
de los camposantos
también: vestidos
todos ellos
de naranja mecánica.
Y los guardians de las
tiendas, también:
africanos
o nietos de africanos,
"negros".

¡Ay, París!
¿Qué es eso,
París?

¿Y la culture?